16 de diciembre de 2024

EL CIELO AZUL MÁS ALLÁ DE LAS NUBES. THICH NHAT HANH.

“Más allá del miedo, del sufrimiento, de la violencia, de la desesperación que afectan a nuestra sociedad, el cielo se nos muestra completamente azul, mientras que, en otras ocasiones, solo vemos un pedacito y, en otras, parece haber desaparecido. Y, de la misma manera que la niebla, las nubes y las tormentas, ocultan el cielo azul, el Reino de los Cielos puede parecer también oculto tras las nubes de la ignorancia o la tempestad del enfado, la violencia y el miedo. Pero la plena consciencia nos ayuda a cobrar conciencia de que, por más nublado, brumoso o tormentoso que sea el día, el cielo azul siempre se halla presente más allá de las nubes.
Cuando estamos concentrados y nuestra mente y cuerpo devienen uno, solo tenemos que dar un paso para entrar en el Reino de los Cielos. Cualquier cosa que tocamos, cuando prestamos atención y somos libres, mora en el Reino de los Cielos, independientemente de que se trate de la nieve o de las hojas de un roble. Y todo lo que entonces escuchamos –el canto de los pájaros, el silbido del viento- pertenece también al Reino de los Cielos.
Cuando cientos de personas caminamos juntas conscientemente, produciendo la energía de la solidez, la estabilidad, la libertad y la alegría, estamos ayudando a nuestra sociedad. Cuando sabemos cómo mirar con ojos compasivos a los demás y cómo sonreírles con el espíritu de la comprensión, estamos contribuyendo a que el Reino de los Cielos se manifieste. Y cuando respiramos conscientemente, también estamos contribuyendo a que se revele la Tierra Pura”.
Miedo. Thich Nhat Hanh.

 A CLOUD NEVER DIES (4K en español): 
https://www.youtube.com/watch?v=neQjz3KJUe8

24 de noviembre de 2024

LOS TRES VENENOS. FRANK OSTASESKI.

Frank Ostaseski y Joan Halifax
Son las causas de fondo de nuestro sufrimiento: ansia (codicia), aversión (odio) e ignorancia (ilusión).

El ansia, el primer veneno, es la tendencia a aferrarse rígidamente a alguien, algo o alguna idea. La codicia genera voracidad interior, la cual nos hace perseguir siempre una meta inalcanzable: un nuevo empleo, una nueva pareja o hijo, un coche nuevo o casa, un nuevo cuerpo, una nueva actitud. Sin embargo, el problema es que, aun si lo obtenemos, descubrimos que no podemos recibir una satisfacción perdurable de nuestro logro o posesión, porque todo en la vida está sujeto a la ley de la temporalidad. Las circunstancias cambiarán o nos acostumbraremos al nuevo papel, cosa o persona en nuestra vida, y entonces será inevitable que nuestro placer se desvanezca.
 
El segundo veneno, la aversión, puede aparecer como enojo, odio, acoso, soledad, intolerancia o temor. Por lo común nos resistimos, negamos y evitamos sentimientos, circunstancias y personas desagradables, independientemente de los que no nos guste o no queramos. La aversión nos atrapa en un círculo vicioso de búsqueda de conflictos y enemigos en todas partes. Refuerza nuestras percepciones erróneas de que estamos separados de todo y todos.
 
La ignorancia es el tercer veneno. Nos ciega a la forma en que la realidad opera. Tenemos una percepción equivocada de la verdadera naturaleza de las cosas (las cuales son interdependientes y temporales). Nos perdemos por ello en un circuito de distracciones como recurso para desentendernos de nuestro dolor. El alcohol, las compras, la comida, el juego, el sexo, las redes sociales, los videojuegos y hasta la meditación pueden servir de hábitos y estrategias para distraernos, sin que los cuestionemos nunca.
 
El antídoto contra esos tres venenos es la conciencia plena.
En la tradición budista decimos: “Los obstáculos se vuelven el camino”.
Nuestros pasos en falso son puertas a la belleza innata de nuestro ser interior. Cuando nos permitimos reposar en nuestra apertura natural, llegamos a conocer bien esos venenos y a advertir su impacto perjudicial en nuestra vida. Una vez sin anteojeras, ya no nos dejamos engañar. Vemos con una conciencia clara nuestro condicionamiento e identificación con esos venenos. Y entonces despertamos al hecho de que nuestro sufrimiento estuvo motivado, desde el principio, por la tendencia a ignorar la verdad.
Las cinco invitaciones. Frank Ostaseski.

Frank Ostaseski - Bodhisattva - Madrid, 2019:
https://www.youtube.com/watch?v=E7sfFG13ovo
 
 

3 de noviembre de 2024

EL DESPERTAR EN LOS TRES PLANOS DE NUESTRO SER: EL MENTAL, EL EMOCIONAL Y EL VISCERAL. ADYASHANTI.

"
Un modelo que me resulta útil es considerar que el despertar impacta en tres planos de nuestro ser: en el mental (el de la mente), en el emocional (el del corazón), y en el existencial (el intestinal, visceral). A medida que el despertar penetra la totalidad de nuestro ser, podemos experimentar diversos grados de no división en cada uno de estos planos. Por favor, recuerda que los tres son metafóricos; sólo son una herramienta para ayudar a dar sentido a aquello que la gente experimenta. Siempre que no transmitamos este modelo con mucha rigidez, puede ser útil.
 
El despertar en el plano de la mente.
Es radical ver que todo nuestro sentido de identidad y el mundo mismo son creados por la mente. Esto es como un terremoto; el yo que percibimos que somos no tiene realidad.
El despertar en el plano mental supone la destrucción de todo tu mundo. De este consenso que han acordado los seres humanos.
Suelo decir a la gente que no se equivoque: la iluminación es un proceso destructivo. No tiene nada que ver con ser mejor, ni con ser más o menos feliz. La iluminación es el desmoronamiento de la no verdad. Convierte nuestro mundo en escombros.
Emerge la posibilidad de que la mente, el pensamiento e incluso el discurso se originen en otro lugar. Entonces quien usa la mente es el Ser. El pensamiento puede surgir del silencio; el discurso puede surgir del silencio, desde un lugar más allá de la mente. Y entonces usamos ésta como una herramienta. Pero siempre permanece transparente a sí misma; nunca se queda atascada ni crea una nueva creencia o ideología.
 
El despertar en el corazón.
Estar despierto en el plano de la emoción significa dejar de derivar el sentido de identidad de cómo nos sentimos y de qué sentimos.
Un ser despierto es un ser tremendamente abierto en el plano emocional. Parte de lo que ocurre en el corazón cuando despertamos es que nos sentimos totalmente expuestos. Cuando estamos expuestos, lo que fluye naturalmente de nosotros es amor, amor incondicional.
La señal más cierta de un corazón despierto es que ama incondicionalmente lo que es. Esto significa que lo ama todo, porque ve que todas las cosas son él mismo. Ama incluso a los que tal vez no ame en el plano de la personalidad. El corazón despierto ama el mundo tal como es, no sólo como podría ser.
 
Despertar en el plano del vientre.
El tercer tipo de despertar es el despertar en el plano del vientre. Éste es nuestro sentido de identidad más existencial. Es esa parte de nosotros donde hay un apego esencial, un aferramiento radical. Es como tener un puño en medio del vientre. Es nuestro sentido de identidad más rudimentario, eso que agarra y se contrae, en torno al cual se construyen todos los demás sentidos de identidad.
A veces, incluso el propio movimiento hacia el despertar puede generar miedo, porque el despertar es una liberación repentina de esa tensión, de ese aferramiento en el vientre.
Cuando renuncias a aferrarte en el plano del vientre, podrías sentir como si te fueras a morir. No obstante, no mueres; muere la ilusión de un yo separado. Sólo cuando estás dispuesto a morir en nombre de la verdad puedes soltar el agarre verdadera y auténticamente.
Despertar en el plano del vientre exige afrontar y soltar lo que yo llamo la voluntad personal, o la parte de nosotros que dice: “Esto es lo que quiero y así es como lo quiero”. En última instancia, la voluntad personal es una ilusión, en realidad no existe.
Cuando te apartas del asiento del conductor, descubres que la vida puede conducirse a sí misma, que en realidad siempre ha estado haciéndolo. La vida se vuelve casi mágica. La ilusión del “yo” ya no interfiere. La vida empieza a fluir, y nunca sabes adónde te llevará".
El final de tu mundo. Adyashanti.




Adyashanti- Poniendo fin a la ilusión del juego:
https://www.youtube.com/watch?v=IlS-hjsVFwM&t=1467s

7 de octubre de 2024

BUDISMO COMPROMETIDO. LOS CATORCE PRECEPTOS. THICH NHAT HANH.

El budismo comprometido comprende a los budistas que buscan formas de aplicar los conocimientos de la práctica de la meditación y las enseñanzas del dharma a situaciones de sufrimiento e injusticia social, política, ambiental y económica. Al encontrar sus raíces en Vietnam a través del maestro budista zen Thich Nhat Hanh, el budismo comprometido ha ganado popularidad en Occidente.
Una forma de ver el budismo comprometido es a través de los  Catorce Preceptos de Thich Nhat Hanh, que sirven como pautas para vivir con una conciencia social más fuerte.
Los Catorce Preceptos son los siguientes:
1. No seas idólatra ni te ates a ninguna doctrina, teoría o ideología, incluso las budistas. Todos los sistemas de pensamiento son guías, no son la verdad absoluta.
2. No creas que el conocimiento que tienes ahora es absoluto, inmutable. Evita ser de mentalidad estrecha y atarte a los puntos de vista presentes. Aprende y practica el desapego de tus puntos de vista para estar abierto a recibir los puntos de vista de los demás. La verdad se encuentra en la vida y no en el conocimiento conceptual. Prepárate para aprender a través de todo, a observar en ti mismo y en el mundo en todo momento.
3. No fuerces a los demás, ni siquiera a los niños, por ningún medio en absoluto, a adoptar tus puntos de vista, ya sea por autoridad, amenaza, dinero, propaganda o incluso educación. Sin embargo, por medio del diálogo compasivo, ayuda a los demás a renunciar al fanatismo y a la estrechez.
4. No evites el contacto ni cierres tus ojos al sufrimiento. No pierdas la conciencia de la existencia del sufrimiento en la vida y del mundo. Encuentra maneras de estar con aquellos que sufren por todos los medios. Incluyendo el contacto personal y las visitas, imágenes y sonido. Por tales medios despierta en ti mismo y en los demás la realidad del sufrimiento en el mundo.
5. No acumules riquezas mientras millones están hambrientos. No tomes como objetivo de tu vida la fama, el provecho, la riqueza o el placer sensual. Vive simplemente y comparte el tiempo, la energía y los recursos materiales con los que estén en necesidad.
6. No mantengas ira u odio. Tan pronto como surjan la ira o el odio practica la meditación sobre la compasión para comprender profundamente a las personas que han causado ira u odio. Aprende a ver a los otros seres con los ojos de la compasión.
7. No te pierdas en la dispersión ni en el ambiente que te rodea. Aprende a practicar la respiración para recuperar la compostura del cuerpo y de la mente, para practicar la atención, y para desarrollar la concentración y la comprensión.
8. No pronuncies palabras que puedan crear discordia y causar ruptura en la comunidad. Haz todos los esfuerzos para reconciliar y resolver todos los conflictos, aunque sean pequeños.
9. No digas cosas falsas por interés personal o para impresionar a los demás. No pronuncies palabras que causen desviación u odio. No difundas noticias que no sabes que no son ciertas. No critiques ni condenes cosas de las que no estás seguro. Habla siempre verdadera y constructivamente. Ten el valor de hablar sobre situaciones de injusticia, aún cuando hacerlo pueda amenazar tu propia seguridad.
10. No uses a la comunidad budista para ganancia o beneficio personal, no transformes tu comunidad en un partido político. Una comunidad religiosa debe, sin embargo, tomar una actitud clara contra la opresión y la injusticia, y debe esforzarse por cambiar la situación sin engancharse en conflictos partidistas.
11. No vivas con una vocación que sea dañina para los humanos y la naturaleza. No inviertas en compañías que priven a los demás de su oportunidad de vivir. Elige una vocación que te ayude a realizar tu ideal de compasión.
12. No mates. No permitas que otros maten. Encuentra todos los medios posibles para proteger la vida y prevenir la guerra.
13. No poseas nada que debería pertenecer a los demás. Respeta la propiedad de los demás pero evita que los demás se enriquezcan con el sufrimiento humano o el sufrimiento de otros seres.
14. No maltrates a tu cuerpo. Aprende a manejarlo con respeto. No veas a tu cuerpo simplemente como un instrumento. Preserva las energías vitales (sexual, respiración, espíritu) para la realización del camino. La expresión sexual no debería ocurrir sin amor y compromiso. En las relaciones sexuales, sé consciente del sufrimiento futuro que pueda causarse. Para preservar la felicidad de los demás, respeta los derechos y compromisos de los demás. Sé plenamente consciente de la responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo. Medita sobre el mundo al que estás trayendo nuevos seres. 

Thich Nhat Hanh. Una vida, un ejemplo: 

16 de septiembre de 2024

LO QUE LA MUERTE ENSEÑA. LAS CINCO INVITACIONES. FRANK OSTASESKI.

Frank Ostaseski es el cofundador y director del Zen Hospice Project de San Francisco, donde ha acompañado a lo largo de los años a más de mil moribundos. Es pues una destacada figura del budismo comprometido, así como del nuevo zen que está surgiendo.


En cierto sentido, nada te prepara para fallar. Pero todo lo que has hecho en la vida, todo lo que te han hecho y todo lo que has aprendido puede servirte.

El Zen Hospice Project fue el primer hospicio budista en Estados Unidos, una fusión de introspección espiritual y acción social práctica.
Consideramos que había un empalme natural entre los practicantes del zen que cultivaban un “corazón oyente” por medio de la meditación y las personas que necesitaban ser oídas en su agonía. Al final instruimos a un millar de voluntarios.
Nunca nos interesó impulsar ningún dogma ni promover una forma de morir estrictamente budista. Rara vez le enseñamos a alguien a meditar. Tampoco dábamos por supuesto que los individuos a los que servíamos nos mostrarían cómo debían morir.
 
¿Seríamos capaces de ver la muerte como si se tratara de una maestra consumada para preguntarle cómo deberíamos vivir?
 
La muerte es mucho más que un suceso médico; es un momento de desarrollo, un proceso de transformación. Nos abre a las más profundas dimensiones de nuestra humanidad. Despierta presencia, una intimidad con nosotros mismos y con todo lo vivo.
 
Formulé por primera vez las cinco invitaciones en una servilleta, a diez mil metros de altura, sobrevolando Kansas.
El productor de un documental sobre la muerte en EEUU que se iba a grabar en la Universidad de Princeton me preguntó si podía referirme a la esencia de acompañar a los moribundos.
Cuando llegó mi turno de hablar, saqué la servilleta.
1. No esperes.
La muerte siempre está con nosotros, es un aspecto esencial de la vida. Todo cambia sin cesar, nada es permanente. Esta idea puede alarmarnos o inspirarnos; si escuchamos con atención, el mensaje que oímos es: No esperes.
No esperes es un camino a la realización y un antídoto contra el sufrimiento.
No esperes es una exhortación a sumergirte completamente en la vida.
No te pierdas este momento por querer que llegue el siguiente. No esperes a actuar cuando algo de verdad importa. No te aferres a la esperanza de un pasado o un futuro mejor; vive el presente.
2. Acepta todo, no rechaces nada .
Es principalmente una invitación a la apertura.
A fin de experimentar una libertad verdadera, debemos ser capaces de aceptarlo todo tal como es. No puedo ser libre si rechazo alguna circunstancia de mi experiencia.
¿Qué rechazas en este momento de tu vida? ¿A qué no le permite el acceso? ¿Qué pesadilla quieres evitar?
Estar abierto es permitir que todo se conozca, que no se oculte, no guardarnos secretos a nosotros mismos, ser todo lo que somos y podemos ser.
3. Pon todo tu ser en la experiencia.
Prueba esto: siéntete en compañía de una persona sin una solución a su problema, sin desempeñar ningún papel. No análices, no repares, no intervengas, no enmiendes. Escucha con generosidad, como si ella tuviera ya todos los recursos que necesita. Limítate a respetar y a recibir lo que se te brinda. Ni siquiera es importante que comprendas. Imagina que basta con tu presencia oyente, que es eso justo lo que se necesita. Un silencio receptivo suele ser más sano que todas las palabras bienintencionadas.
4. Busca un lugar de reposo en medio de la agitación.
La cuarta invitación nos enseña que podemos encontrar un lugar de descanso dentro de nosotros, sin tener que alterar nuestras condiciones de vida. Este lugar de reposo está siempre a nuestra disposición; lo único que tenemos que hacer es acercarnos a él.
Se manifiesta como un aspecto de nosotros que no está enfermo nunca, que no nació ni morirá. Este momento presente es el único lugar donde podemos reposar.
La respiración se convirtió en mi lugar de reposo, un puerto seguro. La conciencia de la respiración es uno de los medios más fáciles y sencillos para tener acceso al presente.
5. Cultiva una mentalidad de no saber.
Una mentalidad de no saber se caracteriza por la curiosidad, la sorpresa y el asombro; es receptiva, está dispuesta a enfrentar todo lo que aparezca tal como es.
Es la “mente del principiante” a la que se refirió Suzuki Roshi cuando dijo: “En la mente del principiante hay muchas posibilidades, en la del experto hay pocas”.
Cuando no sabemos, todo es posible, porque no estamos limitados por antiguos hábitos de pensamiento o los puntos de vista de los demás; tenemos acceso a la vista panorámica. No saber da lugar a que surja la sabiduría.
No saber es lo más íntimo.


Estas cinco invitaciones me han servido como una guía para lidiar con la muerte, pero resulta que son igualmente relevantes para llevar una vida íntegra. Pueden aplicarse con la misma efectividad a personas que enfrentan todo tipo de crisis y transiciones, desde un cambio de ciudad, la formación o ruptura de una relación íntima o hasta acostumbrarse a vivir sin los hijos en casa.
 
Lo que la Muerte Enseña: Las Cinco Invitaciones. Frank Ostaseski:
https://www.youtube.com/watch?v=SQK4x43YR60
 
 
 
 

1 de septiembre de 2024

EL ZEN ME HA DEVUELTO A CRISTO. PABLO D’ORS.

¿Qué te ha dado el zen?, me han preguntado en más de una ocasión. ¿Cómo es que tú, siendo sacerdote católico, has tenido necesidad de acudir a una práctica espiritual ajena al cristianismo?, han querido saber muchos de mis lectores, conocedores de mi fascinación por el simplemente sentarse en silencio y en la más estricta quietud.

Los primero que me ha dado es el silencio, que inicialmente es un anhelo del alma y, luego, una cruda realidad que te confronta con tus resistencias corporales y tus distracciones mentales, es decir, con tu fragilidad. Entendiendo por silencio una forma de conocimiento singular y radical, una sabiduría que no se queda en conocimientos teóricos, sino que va a la naturaleza del ser humano.
Dos: me ha dado la idea del maestro, la figura de alguien que ha alcanzado aquello a lo que aspira – la iluminación, la plenitud- y que te lo puede enseñar. Tú puedes ser discípulo, esa es una gran noticia. Hay una disciplina que te está esperando y alguien que te puede iniciar y acompañar en esa travesía. Buena parte del declive del cristianismo en Occidente se debe a la pérdida de la autoridad. La dialéctica maestro-discípulo, por contrapartida, es lo que sostiene el silenciamiento del zen.
Tres: un ritual , que es, claramente, una estética de la espiritualidad, pero también muchísimo más: la importancia del espacio sagrado, del incienso, las velas, las reverencias y postraciones… Todo eso son las formas para ir al fondo de la cuestión. . . , pero formas que hay que cuidar, es decir, amar.
Cuatro: me ha dado la idea y experiencia de que existe un itinerario para llegar al fondo de ti mismo. Se pasa de un koan a otro; el maestro verifica tu evolución. Por donde pasas tú, ya han pasado otros. Con el tiempo y la entrega podemos iluminarnos, alcanzar la plenitud y ser así fuente de plenitud para otros.
Cinco: en clara paradoja con lo anterior: el zen me ha dado un no-camino, es decir, que no hay que ir a ninguna parte, pues ya estás donde supuestamente deberías ir. Esto significa dinamitar las pretensiones de futuro y la huida del ahora. Este no tener nada que conseguir y, al tiempo, aspirar a ello, me ha enseñado el carácter paradójico de toda búsqueda espiritual y hasta de la persona y del mundo en general.
Seis: me ha ayudado a reencontrarme con la contemplación cristiana con un vigor y pasión que desconocía. Comprendió que hay una vía de conocimiento silencioso en el cristianismo, la de los padres y madres del desierto, prolongada por el hesicasmo,
y que ese es mi lugar natural.
Siete: me ha hecho descubrir a Buda y al budismo. Invitándome, sutil y elegantemente, a releer mi propia religión desde sus claves. Esto me ha hecho entender el diálogo interreligioso como lugar teológico, como espacio desde el que pensar nuevamente a Dios, y hasta como lugar teofánico, como un ámbito para hacer una nueva experiencia de Dios. Sí, el Dios en el que ahora creo es más misterioso que el de antes, más abierto, más desconocido y, por ello, más Dios.
Por todo ello, caminar juntos, con creyentes de otras religiones, es para mí un imperativo ético. Suscríbete lo que dijo en su día el teólogo holandés Schillebeeckx: “Hay más verdad en todas las religiones que en una sola”. El cristianismo puede y debe compartir con otras tradiciones de sabiduría su experiencia de Dios y de la vida, así como aprender de ellas. Esta apertura estructural no es hoy un lujo, sino una auténtica necesidad.
Pablo D'Ors. Publicado en el número 3.025 de Vida Nueva.

Pablo d'Ors – Barbara Brown Taylor. Santa Envidia:

30 de junio de 2024

ELOGIO DE LA SOLEDAD. STEPHEN BATCHELOR.

"He debido de pasar miles de horas sentado en un cojín de meditación a lo largo de mi vida, y aún así sigo distrayéndome, me aburro y me despisto. En un retiro normal, tengo días buenos y días malos. A veces se apodera de mí una preocupación obsesiva que me atormenta durante horas .Mi estado de ánimo puede pasar de la euforia al abatimiento de un momento a otro. Puedo estar largos períodos sin meditar formalmente.    
Así que, ¿por qué insisto en hacer algo que parece influir muy poco en mi estado anímico? He aprendido que la meditación es valiosa no porque cambie el contenido de tu experiencia, sino porque cambia tu relación con ese contenido.

Pero ¿cómo puedo saber que esos beneficios no son fruto de la madurez o de otros factores que nada tienen que ver con la práctica formal de la meditación?

En lugar de preguntarme a mí, habría que preguntar a mi esposa, a mi hermano o a mis amigos íntimos. Pero dudo que su respuesta sea concluyente.
Si la disciplina contemplativa no consigue contribuir a mi florecimiento como persona en relación con los demás, debo cuestionarme de qué sirve pasar meses y años practicándola.
La meditación tiene sentido en la medida en que contribuya a que te conviertas en el tipo de persona que aspiras a ser. 
Nunca te vanaglories de tu práctica contemplativa, que es siempre una obra inacabada.
El mundo está ahí para sorprendernos.  
Mis revelaciones más duraderas no se han dado mientras estaba sentado en el cojín, sino fuera de él.
Al final no se trata de optar entre una vida de soledad y una vida de relación con los otros, sino de acoger ambas con los brazos abiertos y encontrar un equilibrio saludable entre ambos".

ELOGIO DE LA SOLEDAD, con Stephen Batchelor (activar subtítulos en español). AlexComunicaTV: 
https://www.youtube.com/watch?v=GH3ef1QQrlI&t=155s