18 de junio de 2023

UN DESPERTAR ESPONTÁNEO. EL PODER DEL SILENCIO. YOLANDE DURAN. JAVIER MELLONI.

Hay experiencias que pasan, otras que nos pasan y otras que nos traspasan. Yolande, sin buscarlo ni esperarlo, fue traspasada en un día en que cumplió cuarenta años por una ráfaga de Silencio que la ha dejado en Silencio desde entonces.
De este Silencio-Presencia han hablado todas las tradiciones espirituales y es al que tienden todas ellas. Lo que antes advenía como resultado de un largo proceso de ascesis, irrumpe de pronto.
Experiencias repentinas como la de Yolande fascinan y perturban a la vez. ¿Por qué no les llega a quienes llevan toda una vida meditando mientras que a otros les alcanza de repente?
¿Cuál es la práctica que nos puede llevar a tal estado? Como a Yolande se le dio sin método alguno, no puede dar ningún método.
¿Cómo sabemos que una experiencia así es verdadera? En esto coinciden todas las tradiciones religiosas, para las cuales el único modo de validar la calidad y cualidad de una experiencia espiritual es los frutos que deja. En término budistas, debe llevar a la sabiduría y a la compasión.
Mucho de todo ello emana de Yolande. Basta con estar un poco a su lado para percibirlo.
 Prólogo de El poder del Silencio de Javier Melloni.  
 
Andaba Yolande (tenía entonces 40 años) un día de un lado a otro de la casa, no recuerda muy bien qué hacía, cuando de repente se paró su mente.
“Fue como si un rayo de Silencio me atravesara y abriera en mí una especie de vacío en el que me caí.
El Silencio era tan fuerte que me paré, no podía moverme, no podía pensar. Tuve la sensación de que mi cuerpo se evaporaba, perdía densidad. Poco a poco me invadió una liviandad que me llenó de alegría. Era una alegría plena, completa. Una felicidad espontanea que no depende de nada ni de nadie. De repente el mundo exterior se desplazó, pasó a un segundo plano, y una voz Silenciosa, me dijo: No estás sola, no estás separada.
  
Los pensamientos volvían, pero era como si una mano invisible los apartara uno a uno. Se iban uno tras otro, de la misma manera que el viento se lleva las nubes y las disuelve. Mi mente intentó retenerlos pero no lo conseguía. La energía era tan fuerte que tuve la sensación de que iba a caerme, así que fui hasta el sofá y me senté. Todo era Silencio, espacio ilimitado, poder absoluto. En un instante comprendí, de una manera espontánea, que la vida es tan solo una expresión de ese poder energético en el que estaba absolutamente inmersa".
Yolande se quedó dos horas sentada en el sofá contemplando el Silencio que se había abierto en ella. Había despertado del sueño, había comprendido la Realidad Última, pero ella aún no lo sabía.
En aquel momento Yolande no tenía ni idea de lo que le había sucedido. Jamás había oído hablar de la iluminación ni del despertar. Nunca había sido creyente o practicante de ninguna religión. Ni siquiera se había comprado un libro de autoayuda. Tampoco sus amigos eran buscadores, ni habia oído hablar de esta experiencia.
Dos meses después, su hijo murió en un accidente de coche.
“Me dolía todo el cuerpo, me veía llorar, pero en ningún momento perdí el centro de paz, de amor y de liviandad que el Silencio había abierto en mí dos meses antes.
Lo único que no me abandonó era el Silencio. Ese vacío colmado de poder, de confianza, de paz. Esa energía de amor absoluto permaneció inamovible dentro de mí, a pesar de que todo a mi alrededor se desmoronaba.
El Silencio había llegado para quedarse. Si la muerte de mi hijo no me lo había arrebatado, ya nada podía llevárselo”.
El poder del silencio. Yolande Duran Serrano.
 

Yolande Durán - Entrevista de Proyecto LibreMente | 
El Poder Del Silencio (ESPAÑOL):