31 de agosto de 2015

ETIQUETAR (II). COMPARAR. JUZGAR. SERGI TORRES.

Hace poco estuve en una conferencia de Sergi Torres en Zaragoza. Me llegó especialmente un ejercicio que propuso al final del acto. Se trataba de comer conscientemente un gajo de mandarina. En una entrada reciente del blog, titulada ATENCIÓN PLENA, hay una meditación guiada similar, “comer una pasa”, de Jon Kabat-Zinn. También  Tich Nhat Han hace algo parecido.
Ante una inminente experiencia, como la de saborear una mandarina, pueden suceder dos cosas: que pase desapercibida porque estemos haciendo otra cosa a la vez, como por ejemplo hablar o ver la TV, o que inmediatamente en la mente se abra una carpeta con el nombre “mandarina” y seguidamente se desplieguen una colección de etiquetas, con nombres como dulce, amarga, insípida, ácida, etc.; entonces la mente compara y busca qué etiqueta de estas encaja mejor con el sabor que estamos experimentando y, a continuación, emite un juicio, como por ejemplo, está buena.
Saborear un gajo de mandarina es algo muy simple pero, como la mayoría de nuestras experiencias, está contaminada por etiquetas del pasado. Sin embargo, el ejercicio que propuso Sergi consistía en saborear un gajo de mandarina como si fuera la primera vez que la probábamos, cuando no sabíamos a qué sabía una mandarina, ni cómo se llamaba ese fruto, olvidándonos de cualquier etiqueta anterior. Cuando esto ocurre, no hay nadie saboreando, hay consciencia, presencia, sólo hay sabor, y el sabor es el que es, sin etiquetas.
Sucede lo mismo con otras muchas experiencias. Recuerdo cuando he viajado al extranjero y he visitado una famosa plaza de alguna ciudad cómo, inmediatamente, se ha abierto en mi mente una carpeta titulada “plazas”, seguidamente he comparado, he juzgado y mi comentario ha sido: “pues esta plaza no está mal, pero la de Praga era mucho más bonita”. Y es que el comparar siempre conlleva un etiquetado previo y un juicio posterior. En otra entrada del blog hablaba del ETIQUETAR. Y nos sucede lo mismo cuando nos relacionamos con las personas. También se abre en nuestra mente la correspondiente carpeta titulada “amigo”, “compañero de trabajo”, “inmigrante”, “español”, etc. Y seguidamente comparamos, juzgamos y actuamos en consecuencia.


Sergi Torres Zaragoza 2015 (Esta charla es en el Centro Pignatelli. No es a la que yo me refiero en el escrito. Esta fue un par de meses después):