28 de septiembre de 2015

UN DÍA ORDINARIO EN LA VIDA DE ECKHART TOLLE.

¿Cómo es un día ordinario en tu vida?
Muy simple. Yo pienso relativamente poco. En la vida diaria, si estoy con una persona, la escucho hasta que las palabras surjan, o si estoy en la calle comprando también tengo pocos pensamientos y reacciones. Las situaciones son como son. La vida es muy simple. Muy pocas veces pienso en el pasado y la atención está en la simplicidad. El momento presente siempre es bastante simple porque es solamente eso. La consciencia está en la simplicidad del momento presente. Hay paz incluso si algo no va bien. No llevo encima una identidad. Por ejemplo, en la enseñanza espiritual, la gente me llama maestro espiritual y ellos piensan que es mi identidad pero yo lo veo simplemente como una función. Cuando estoy con un grupo de personas y estoy hablando, entonces soy el maestro espiritual, pero en el momento en que salgo de la sala dejo de ser el maestro espiritual inmediatamente y solamente hay una consciencia abierta que no lleva una imagen de quien soy. Porque cada imagen que llevas te va a conducir al sufrimiento. Voy por la calle sin ser nadie en particular, simplemente un espacio consciente. Das un paseo no como una persona sino como un espacio consciente, o estás tomando un café no como una persona, pensando en tu historia personal, simplemente como un espacio consciente, sin llevar las constantes definiciones de quien soy o hablándome de mi vida con esa voz interior que me cuenta cosas de mi vida: “no estoy contento con mi vida” o cosas así que son cuentos, pensamientos. Estas complicaciones, afortunadamente, no las tengo.
Extraído de la entrevista de Alberto D. Fraile Oliver a Eckhart Tolle.

Cómo es un día en la vida de Eckhart Tolle (subtitulado en español):





14 de septiembre de 2015

LEONARD COHEN (I). MONJE ZEN.

En 1994, con 60 años, Leonard Cohen ingresó en el Monasterio Mount Baldy Zen Center. Dos años después, fue ordenado monje, con el nombre de Jikan, que significa silencio, y sirvió como asistente personal de su maestro zen  Khoizan Joshu Sasaki.
“Después de la gira de ‘The Future’, caí en picado. Había bebido muchísimo y mi salud estaba tocada.  Así que decidí retirarme, cuidarme como nunca lo había hecho. Al fin y al cabo, un monasterio zen es un lugar de rehabilitación para personas desquiciadas por la vida”.
En 1993, Cohen llevaba veinticinco años practicando zazen, guiado por Sasaki Roshi, maestro zen japonés de la escuela rinzai. Según él “una rama militar, una especie de marines del mundo espiritual, por su rigurosa disciplina. Es como un campamento de boy scouts para gente rota. Pero es una buena vida. Te levantas a las tres de la mañana, te pasas trece horas meditando y cinco trabajando: cortas verdura, das de comer a las gallinas o limpias lavabos. Me encanta. Es perfecto. No podría ser peor”.
Todo empezó a finales de los años sesenta con un sesshin en el monasterio Mount Baldy. Después de tres días de intensa práctica, se convenció de que “aquello era la venganza por la Segunda Guerra Mundial. Con un maestro japonés, Roshi, y un monje alemán, Geshin, a la cabeza del centro, tenían a un montón de chicos norteamericanos andando con sandalias por la nieve a las tres de la madrugada”.
Sin embargo, algo quedó en él. Durante los años setenta y ochenta, pasó tanto tiempo dentro como fuera del monasterio. Llegó a romperse dos veces la rodilla.
En 1993, Cohen se hizo construir una pequeña cabaña de madera en el monasterio, para uso personal, y decidió permanecer con el Roshi hasta absorber completamente su enseñanza.


La meditación hizo su trabajo y, gradualmente, fue disolviendo la angustia que se había incrustado en el corazón de Cohen: “La meditación no es lo que piensas. Te sientas en absoluto silencio y tu mente empieza a repasar todas tus películas. Durante ese proceso, te vuelves tan familiar con los guiones que mantienes en tu vida que acabas hartándote de ellos. Entonces comprendes que la persona que crees que eres no es más que un complicado guión en el que gastas la mayor parte de tu energía. Tras un examen más minucioso, descubres que tu personalidad te asquea. Y eso es porque en realidad no eres tú. Si te sientes lo suficientemente aterrado por esa personalidad, espontáneamente permites que se desvanezca. Y entonces, si tienes suerte, puedes experimentarte a ti mismo sin la distorsión de esa personalidad. Ese es, en esencia, el proceso de zazen, la filosofía de Roshi”.
Mientras practicaba, también componía. “Sentado en meditación, he terminado una larga canción”. En su cabaña disponía de un sintetizador con el que compondría las canciones para su siguiente disco, “Ten New Songs”.


Entrevista a Leonard Cohen en Mount Baldy Zen Center. Activar subtítulos en español:
https://www.youtube.com/watch?v=cSzkEPq3cUo