22 de mayo de 2022

TASHI Y EL MONJE.

En una remota montaña se está llevando a cabo un valiente experimento social. Comprometido a criar niños con amor y compasión, el monje budista Lobsang Phuntsok intenta sanar su propio abandono de la infancia adoptando 85 niños no deseados y haciéndolos crecer como una familia en Jhamtse Gatsal (jardín del amor y la compasión), una comunidad remota de niños en las estribaciones del Himalaya. La película sigue a la llegada más reciente en Jhamtse, una niña salvaje y problemática de cinco años llamada Tashi, mientras aprende qué es el amor y cómo puede ayudarla a sanar.  
Documental corto ganador de un Emmy en 2016 y de más de 25 premios en Festivales Internacionales de Cine:     
https://jhamtseinternational.org/tashi-spanish
 
Lobsang Phuntsok nació en el estado de Arunachal Pradesh en el noreste de la India en 1971. Debido a problemas familiares, fue criado por sus abuelos hasta la edad de siete años. A esa temprana edad, lo enviaron a estudiar al monasterio Sera Je, cerca de Mysore, Karnataka, en el sur de la India.      
En el monasterio, estudió intensamente la filosofía y la práctica budista; ciencias sociales y políticas; Idiomas hindi, sánscrito y tibetano; y cultura tibetana. En 1997, fue una de las diez personas seleccionadas por Su Santidad el Dalai Lama y el gobierno tibetano en el exilio para realizar cursos intensivos de traducción al inglés sobre filosofía budista que se llevaron a cabo en Dharamsala, India.
En 2000, Lobsang fue invitado a asistir a la conferencia Millennium World Peace de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York. Después de la conferencia, pasó mucho tiempo en los Estados Unidos y Canadá enseñando filosofía budista. Dio charlas y talleres sobre educación, paz, no violencia, liderazgo e integración de los principios universales del amor y la compasión en diversos campos. Ha impartido charlas sobre estos temas en varias universidades y otras instituciones educativas de Estados Unidos y Canadá.  
Mientras estaba en los Estados Unidos, Lobsang a menudo visitaba escuelas públicas y privadas para hablar con los niños sobre el amor y la compasión. Él cree que si las semillas de la compasión se siembran temprano en los niños, tienen la oportunidad de florecer en la edad adulta.
Lobsang siente un profundo amor por los niños. Le dolía ver a niños pequeños tomando medicamentos antidepresivos y con antecedentes de abusos físicos y de drogas. A menudo se reunía con niños que luchaban con estos desafíos para ayudarlos a superar sus limitaciones y florecer en su verdadera naturaleza.
También ha trabajado con médicos y profesionales médicos para ayudarlos a incorporar el pensamiento y la acción compasivos en sus prácticas profesionales. Se ofreció como voluntario regularmente en los centros de cuidados paliativos para ayudar a las personas a aceptar las ansiedades del final de la vida y tener una vida pacífica en el tiempo que les quedaba. 
A través de su enseñanza, creó una comunidad de grupos de estudio y meditación budistas (sangha) y fundó el Centro Budista Jhamtse en Concord, Massachusetts, EE. UU. En 2003, con la ayuda de sus estudiantes dedicados y muchas personas, estableció Jhamtse International, una organización sin fines de lucro en los EE. UU., dedicada a educar y nutrir corazones y mentes en el amor, la compasión, la sabiduría y la tolerancia. 
En agosto de 2006, Lobsang fundó la Comunidad Infantil Jhamtse Gatsal cerca de su pueblo natal en Arunachal Pradesh, India.

 

 

 

 

 

 

 

 

8 de mayo de 2022

PUEDO ESTAR EQUIVOCADO. BJÖRN NATTHIKO LINDEBLAD. MONJE BUDISTA DEL BOSQUE.

El libro es una autobiografía y, a la vez, una crónica sincera y vivencial de su búsqueda espiritual. Comienza describiendo una experiencia espontánea de despertar del autor cuando tan solo tenía ocho años. Nunca he leído algo similar. En 1992 ingresó en un monasterio budista del bosque en Tailandia, se hizo monje y permaneció allí siete años. Después estuvo otros diez años en monasterios de la misma orden en Gran Bretaña y Suiza. En el 2008 dejó de ser monje y regresó a Suecia, y pronto cayó en una depresión. Tras superarla, se dedicó a impartir conferencias y cursos de meditación. En septiembre de 2018 se le diagnosticó ELA. Ajahn Jayasaro, su primer maestro en el monasterio de Tailandia, le dio este, según él, mantra mágico: “
Puedo estar equivocado”. Después de dejar la vida de monje también ha sido discípulo durante mucho tiempo de Adyashanti.  
 
“Tengo ocho años. Como de costumbre, me despierto antes que los demás. Me detengo delante de la ventana de la cocina. De repente, el murmullo de mi interior enmudece.
Todo se queda en completa calma. La tostadora cromada en el alféizar de la ventana es tan bella que me quedo sin aliento. El tiempo se detiene. Todo cobra brillo a mi alrededor. Un par de traviesas nubes sonríen desde el cielo azul de la mañana. Al otro lado de la ventana, el abedul mece sus hojas relucientes. Mire a donde mire encuentro belleza.
Seguramente entonces no le puse palabras a aquella experiencia, pero ahora quiero tratar de describirla. Era como si todo estuviera susurrando: “Bienvenido a casa”. Estaba presente, aquí y ahora. Luego llegaron las lágrimas y un calor en el pecho que hoy llamaría “gratitud”. Después, la esperanza de que aquello durara para siempre,  o al menos mucho tiempo. No fue así, por supuesto. Pero nunca he olvidado aquella mañana”
 
“Gran parte del desarrollo espiritual trata precisamente de atreverse a exponerse a la incertidumbre.
Solo hay una cosa que es completamente segura en la vida,  y es que un día se acabará.  El resto son esperanzas, miedos, hipótesis, deseos, ideas y opiniones. Lo mejor es admitir esto y aceptarlo”.
 
“Volví a Suecia en noviembre de 2008. A pesar de todo el cariño y cuidados por parte de mi familia y mis amigos, pronto caí en una depresión, con episodios de ansiedad grave. Todo se volvió tan oscuro, que una noche consideré la idea de poner punto final a mi propia vida. Ciertamente no fue más que un pensamiento, pero estaba allí de todos modos. “Durante diecisiete años me he dedicado al desarrollo espiritual y este es el resultado”. Me sentía como una de las personas más fracasadas e infelices de Suecia.
Pasaron dieciocho meses antes de que comenzara a ver la luz”.
 
“El sentido de la vida es encontrar nuestro don y regalarlo”.
 
“Después de que comenzase a notar que mi cuerpo se comportaba de una manera rara, fui al médico. Tras varias pruebas diagnósticas, la doctora dijo lo que esperaba no tener que decir: - Bjön, todo indica que tienes ELA. En tu caso, creo que te quedan de uno a cinco años de vida.
Me explicó lo que me iba a ocurrir en adelante y luego salí de su consulta. Tan pronto como cerré la puerta de la consulta, las compuertas en mi interior estallaron por completo. Lloraba de tal manera que estaba temblando al llamar a mi amigo Navid.
Sentí que ya había llorado todo lo que debía por el momento. Me sentía vacío. La tormenta había amainado y notaba el cuerpo relajado, el pecho abierto y mi interior por completo en calma. No pensaba en nada, solo descansaba en la tranquilidad y experimentaba una presencia total.
No quería transformarme en mi diagnóstico. Es muy fácil convertirse en víctima en una situación así o en una identidad: “el enfermo”.
Por supuesto, he considerado la posibilidad de la eutanasia con asistencia médica en Suiza si los síntomas de la ELA se vuelven demasiado terribles durante demasiado tiempo. Es confortable saber que esa puerta está abierta. Al mismo tiempo, hay algo dentro de mí que quiere dejar que el proceso natural siga su curso”.
 
“¿Qué me resulta importante de verdad ahora?
Se ha vuelto menos importante para mí ser complaciente.
Se ha vuelto más importante expresar gratitud.
Se ha vuelto más importante que nunca estar realmente aquí y ahora minuto a minuto, en lugar de perderme tras las cortinas de niebla de pensamientos sobre lo que debería ser y lo que tal vez sea.
Mis círculos se han reducido. Me concentro en mis allegados. Quiero estar del todo seguro que sepan lo mucho que los quiero.
Jugar se ha vuelto cada vez más importante. Opinar a perdido valor.
Ser un buen amigo para mí mismo nunca ha sido más importante. La situación es difícil ahora. Es hora de escucharme con ternura. De hablarme con cariño.
Me parece importante meditar con Elisabeth (mi mujer) cada mañana. Respiración tras respiración me libero de los pensamientos y, en su lugar, me recuesto lentamente en lo que existía antes de mi nacimiento y que seguirá ahí cuando muera el resto de mí”.
 
“El día en que llegue mi último aliento –cuando sea-, por favor, no me pidáis que luche. En lugar de eso, haced todo lo posible para que me sea más fácil dejarme ir. Aseguradme que os las vais a apañar bien sin mí y os vais a mantener unidos. Recordadme todo aquello por lo que tenemos que estar agradecidos”.
 
A short movie about me, subtitled in English
https://www.youtube.com/watch?v=0zZ0Kt0e6sM