28 de febrero de 2021

ESPIRITUALIDAD EN UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN NAZI. ETTY HILLESUM.

Ester “Etty” Hillesum (1914 – 1943) fue una joven judía holandesa que escribió un diario entre los años 1941 y 1943. Recuerda al diario de Ana Frank, pero escrito por una mujer de 27 años. Estudió derecho en Amsterdam. En 1939 contactó con Julius Spier, un judío alemán que se había formado como psicoanalista con Jung, que supuso un gran cambio en su vida. Fue Spier quien la puso en contacto con la Biblia y las obras de San Agustín. Etty intenta crecer humana e intelectualmente, leyendo a Tostoi, Dostoievski y al poeta Rainer María Rilke, a quien valoraba especialmente. 
Durante muchos meses, a petición suya, aceptó vivir en un atestado campo de tránsito, Westerborck, pues deseaba estar con sus compatriotas judíos holandeses para dispensar medicamentos y ofrecer palabras de aliento. Morirá, junto con sus padres y hermanos, en Auschwitz, el 30 de noviembre de 1943, a la edad de 29 años. 
 
“Voy a “ensimismarme” durante media hora todas las mañanas antes de trabajar y a escuchar mi voz interior, a perderme. Puede también llamarse “meditación”, aunque estoy un poco harta de esta expresión. Pero, en cualquier caso, ¿por qué no? Se trata de media hora en silencio con una misma. 
Que sea este el objetivo de la meditación: convertir lo más íntimo del propio ser en una vasta llanura en la que ni el más leve rastro de maleza impida la visión, para que pueda entrar en ti algo de “Dios” y algo también de “amor”.

“Esta tarde he estado viendo con Glassner unos grabados japoneses. Así es como yo quiero escribir: con toda esa cantidad de espacio alrededor de unas pocas palabras. Odio la palabrería. Las únicas palabras que deseo escribir son las que están naturalmente entretejidas con un gran silencio, no las que sirven meramente para ahogar el silencio y perturbarlo. Las palabras deberían servir, simplemente, para acentuar el silencio. Justamente como aquel grabado con una ramita florecida en la esquina inferior. Unas cuantas y delicadas pinceladas -¡pero con qué atención al más mínimo detalle…!-, y en torno a ellas mucho espacio, pero no un espacio vacío, sino inspirado. Las cuatro cosas importantes de la vida pueden decirse con pocas palabras. Odio la acumulación de palabras. Si alguna vez escribiera –pero ¿qué?-, me gustaría dibujar unas cuantas palabras sobre un fondo de silencio. Se trata de describir e inspirar el silencio y la calma.”

“De noche, los barracones eran iluminados por la luz de la luna, hecha de plata, y de eternidad: como un juguete que se hubiera deslizado de la mano providente de Dios.”

“Por la noche, al acostarme, rodeada de mujeres y niñas que roncan suavemente, que sueñan en voz alta, que sollozan silenciosamente,…a veces me invadía una infinita ternura y seguía despierta durante horas, y oraba: “Concédeme ser el corazón pensante de los barracones”. Y eso es lo que quiero ser de nuevo. El corazón pensante de todo un campo de concentración.”

“No tengo miedo a mirar al sufrimiento directamente a los ojos.”

“A través de mí fluyen inmensos ríos y se alzan altas montañas. Y más allá de los matorrales de mi agitación y confusión se extienden las amplias llanuras de mi paz y de mi rendición. Todos los paisajes están dentro de mí. Y hay espacio para todo. La tierra está en mí, y también el cielo. Y bien sé que algo como el infierno puede estar también en una, aunque ya no lo experimento en mí, pero aún puedo sentirlo en los demás con gran intensidad.”

Escritos esenciales de Etty Hillesum. Sal Terrae.

 

“Cuando tienes vida interior, es indiferente de qué lado de las verjas del campo estás…Ya he sufrido mil muertes en mil campos de concentración…Ninguna información nueva me angustia ya. De una u otra forma, lo sé todo. Y sin embargo, la vida me parece hermosa y llena de sentido en todos y cada uno de los instantes”.
“La vida es hermosa y todo cobra sentido incluso en su sinsentido”.
Espiritualidad en las fronteras. Juan Manuel Palma. Página 127.

Fundación Etty Hillesum. Biografía:
https://www.youtube.com/watch?v=ftD7JWa-pw8

 

14 de febrero de 2021

BUDISMO ZEN Y PSICOANÁLISIS. FILTROS CULTURALES. ERICH FROMM.

"Toda sociedad, por su propia práctica de vida y por su modo de relacionarse, sentir y percibir, desarrolla un sistema de categorías que determina las formas de conciencia. Este sistema funciona, como si dijéramos, como un filtro socialmente condicionado; la experiencia no puede entrar en la conciencia si no pasa por este filtro.      

Cuando se llega a una experiencia más sutil o compleja, como contemplar el capullo de una rosa al amanecer, una gota de rocío en él, cuando el aire es todavía frío, el sol sale y un pájaro canta, ésta es una experiencia que en algunas culturas se presta fácilmente a la conciencia  (por ejemplo, en Japón), mientras que en la cultura occidental moderna esta misma experiencia no entrará por lo común a la conciencia por no ser suficientemente “importante” o “significativa” para ser advertida. El hecho de que las experiencias afectivas sutiles puedan entrar en la conciencia depende del grado en que tales experiencias son cultivadas en una cultura dada. Por lo común, puede decirse que una experiencia casi nunca entra en la conciencia si el lenguaje no tiene palabras para expresarla.  

El lenguaje, mediante sus palabras, su gramática, su sintaxis, mediante todo el espíritu que está congelado dentro de él, determina cómo experimentamos y qué experiencia penetra en nuestra conciencia. 

Llegamos pues a la conclusión de que la conciencia y la inconsciencia están socialmente condicionadas".
Erich Fromm.   

Del libro Budismo zen y psicoanálisis. D. T. Suzuki y Erich Fromm. 

Un haiku japonés como ejemplo de experiencia sutil de la que habla Erich Fromm, que en algunas culturas se presta fácilmente a la conciencia y en otras no:

El dondiego de día
es de un blanco tan puro
que no se ve el rocío (Kakei).  

Entrevista a Erich Fromm: