29 de julio de 2019

MOOJI PINTOR.







Deja que se haga la pintura, pero no seas la mano del pintor.








Mooji comenzó a trabajar como artista callejero en Londres, haciendo retratos a carboncillo y pastel a turistas en las inmediaciones de la National Portrait Gallery, en Charing Cross Road, y más tarde en la famosa avenida Shaftesbury, en Picadilly Circus. Posteriormente durante algún tiempo trabajó como profesor de arte en el Brixton College.  





A veces Mooji utiliza metáforas relacionadas con la pintura para transmitir su enseñanza:

¿Y si todo lo que crees ser ―tu cuerpo, mente, emociones y condicionamiento― es en realidad lo que no eres? ¿Y si esto no es más que un autorretrato formado por falsa identificación, hábito y suposiciones? Mooji





Mooji pintó el Buda Sahaja en el monte Sahaja una tarde de julio de 2015.










Madonna y el niño. Mooji pintó esta obra de arte en las paredes interiores de la Capilla de Cristo en Monte Sahaja, Portugal.









Luz de Cristo. Mooji pintó este mural en las paredes interiores de la Capilla de Cristo en Monte Sahaja, Portugal.









San Francisco y los pájaros. Mooji pintó este mural en las paredes interiores de la Capilla de Cristo en Monte Sahaja, Portugal.









El Profeta. Pintado por Mooji en 2011 en Tiruvannamalai, sur de la India.









Autorretrato de Mooji.











Algunas de sus pinturas más recientes parecen inspiradas en la caligrafía zen.






Reproducciones de estas pinturas se pueden adquirir en la página web de Mooji:





A Buddha for Brasil -- 19 October, 2009 







15 de julio de 2019

EL ARPA BIRMANA.

EL ARPA BIRMANA, de Kon Ichikawa.  
Esta película ganó el León de Oro del Festival de Venecia y fue nominada al óscar a la mejor película de habla no inglesa en el año 1945. La película está basada en el libro del mismo título de Michio Takeyama, una de las novelas más importantes del Japón de la posguerra.
En los últimos días de la II Guerra Mundial, el sureste asiático está plagado de tropas japonesas, que exhaustas e incomunicadas, vagan sin rumbo acosadas por las fuerzas aliadas. En Birmania, una compañía singular es mandada por un capitán que en la vida civil ejerce la profesión de músico. Los soldados que la integran forman una masa coral que interpreta magistralmente canciones tradicionales. Tras entregarse a las fuerzas británicas, el cabo Mizushima, virtuoso intérprete del arpa birmana, es enviado a una arriesgada misión de paz, tras la cual desaparece sin dejar rastro.    


Mucho antes de que en España se empezase a hablar de memoria histórica, en su casa de Niigata, el japonés Toru Arakawa soñaba con jubilarse para venir a abrir fosas de la guerra. Nadie llegó a entender bien por qué le dio por ahí. Pero él lo tenía muy claro cuando aquí aún no nos aclarábamos, cuando aquí todavía daba miedo hablar de ciertas cosas, y se pasó diez años practicando español a domicilio con unas cintas que compró para escuchar por las mañanas.
Un día de 2006, en un periódico japonés, apareció una noticia sobre las fosas que se estaban empezando a abrir aquí. El artículo habló de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) que se había fundado en Ponferrada. Toru recortó la página, mostró la noticia a su mujer y le anunció su plan para los próximos meses: "Me marcho a España a trabajar en las fosas". Entonces tenía 68 años y ya estaba jubilado.
Llegó a Ponferrada, después de recorrer 20.000 kilómetros en avión y autobús. Aquí siempre se hizo entender con paciencia, y muchas señas y sonrisas.
El 22 de agosto de 2006, en As Pontes, Toru hizo su primera fosa de la guerra. Era la exhumación de la familia Ramos Ferreiro.  Los habían tiroteado en su propia casa, y sólo una hija logró escapar al monte. En el hoyo aparecieron los otros dos hijos y el matrimonio. La pareja llevaba puestas las alianzas de boda, y Toru se echó a llorar. Después de aquello, viajando por su cuenta todos los veranos, el japonés participó como voluntario en una treintena de excavaciones por todo el territorio estatal, pero nunca dejó de emocionarse. Siempre que relataba aquel primer encuentro con unos huesos de la guerra volvían a empañársele esos ojos tan pequeños que tenía.
Era un hombre muy menudo, pero cavaba como el que más, como si quisiese acabar de una vez con todos los agujeros negros que había dejado la Guerra Civil en la tierra de España. Toru no comprendía cómo las fosas no llevaban abiertas ya muchos años.
Castro le proporcionó cama y comida el tiempo que estuvo en As Pontes, y se hicieron muy amigos. "Era un paisano excelente, para él no había religión ni frontera. Contaba que los japoneses de su generación habían quedado muy marcados por la II Guerra Mundial, y quizás por eso se interesó tanto por este conflicto nuestro. Le gustaba el jamón, le gustaba la morcilla, pero sobre todo le gustaba la causa. Cuando la ARMH finiquitaba su temporada, buscaba otros grupos que estuviesen en ello y se ofrecía para trabajar, como siempre, gratis. Al dejar As Pontes, le regaló a la hija de Castro un bonsai. Desde entonces, más o menos todos los meses, la chica se escribía con él por correo electrónico y le planteaba dudas acerca del abonado y la poda. Pero a principios de octubre, el correo de Toru dejó de contestar. Preocupados, los Castro llamaron en fin de año al hijo del voluntario, que vive en Chicago, y éste les contó que había muerto. 
Toru sólo era robusto de espíritu, y le había prohibido a su familia contar que estaba enfermo. En España nadie sabía que tenía resquebrajado el corazón. Y el 5 de octubre se le rompió el todo.
Resumen del artículo publicado por EL PAÍS. GALICIA, escrito por Silvia R., el 8 de enero del 2010.

Cuando leí este artículo, bastante tiempo después de que fuera publicado, me impactó. Enseguida recordé una preciosa película que había visto hacía muchos años: EL ARPA BIRMANA. Y fue entonces cuando comprendí por qué había venido a España este singular japonés.
Arigato, Arakawa san.



CLAUDIO NARANJO Y ENEAGRAMA.


El psiquiatra chileno Claudio Naranjo, uno de los máximos exponentes de la psicología transpersonal en el mundo, ha fallecido el día 12 de julio a los 86 años en Estados Unidos. Quería con esta entrada homenajearle dando a conocer una parte de su obra.

En 1970, tras la muerte de su único hijo en accidente,  Claudio Naranjo permaneció varios meses con Oscar Ichazo, el primero en dar a conocer el Eneagrama en el Instituto de Psicología Aplicada de Santiago de Chile, que le transmitió la sabiduría del eneagrama y a quien consideró su maestro espiritual.

He compartido otras entradas en el blog sobre ENEAGRAMA.

Algunas de sus sabias y profundas frases:

Ser responsable conlleva estar presente, estar aquí. Y estar verdaderamente presente, es estar consciente. A su vez, estar consciente es una condición incompatible con la ilusión de irresponsabilidad por medio de la cual evitamos vivir nuestras vidas. 

Cuando aparece la sabiduría aparece también una mayor libertad; la vida se pone en orden y todo fluye como debe fluir.

No podemos tener una sociedad sana si no está compuesta por individuos conscientes. Las crisis del mundo no son más que crisis de consciencia.

Buscar la verdad implica cuestionar el condicionamiento sociocultural recibido para recuperar el contacto con nuestra verdadera naturaleza.

La meditación consiste en llegar a hacerse nada, para que pase todo a través de nosotros. Quien llega a Dios, ve lo divino en todo. Una vez alcanzaste el cielo, es importante comenzar el camino de vuelta a la tierra.

Publicó varios libros sobre el tema:





El eneagrama de la sociedad. Males del mundo, males del alma.











27 personajes en busca del ser.











Carácter y neurosis.











Ensayos sobre la psicología de los eneatipos.











Autoconocimiento transformador. Los eneatipos en la vida, la psicoterapia y la literatura.





Comparto los enlaces para ver una entrevista sobre el eneagrama que le hicieron en una TV hace ya bastantes años a Claudio Naranjo, quien tuvo un importante papel en su transmisión:

1 de julio de 2019

NADIE EN CASA. JAN KERSSCHOT.


Cuando nos identificamos con el ego todos tenemos que vivir con la más inevitable de las certezas, un hecho de sentido común: tú y yo estamos en el corredor de la muerte, esperando nuestra ejecución. A nuestra personalidad le resulta duro aceptar el hecho de nuestra desaparición, y por tanto inventa una vida futura o reencarnación. Es interesante ver que la mente trata reencontrar el modo de seguir adelante después de la muerte.
La mayoría de los buscadores no se dan cuenta de que una de las principales características del futuro es que siempre estará en el futuro. ¿Por qué queremos saber qué nos ocurrirá al morir antes de conocer qué somos ahora? Una vez más, la solución al problema de nuestro futuro está en el presente. Podemos confirmarlo directamente haciendo este pequeño experimento: cerramos los ojos durante un minuto y nos damos tiempo para hallar nuestra personalidad. Tratamos de encontrar un ego dentro de nuestro cuerpo o mente. ¿Podemos encontrarlo? ¿Dónde está exactamente? ¡Tratemos de localizarlo ahora mismo! ¿Dónde está?...Tenemos que admitir que no vamos a ser capaces de encontrar esa persona dentro; sabemos que es un concepto. Ya hemos descubierto esto antes: ¡no hay nadie en casa!  
Págs.165, 166.


Es imposible “vivir en el ahora” y seguir siendo una persona, porque la persona también es un concepto. En cuanto estamos en el momento presente, ¡desaparecemos! Entonces no queda nada que decir; lo que queda es nuestra vida cotidiana vista desde la conciencia intemporal.
Pág. 133.

 EL MITO DE LA AUTO-INDAGACIÓN: