26 de octubre de 2015

MEDITACIÓN (IV). JON KABAT-ZINN.

La meditación no aspira a desarrollar una filosofía muy elaborada de la vida o de la mente. No tiene nada que ver con el pensamiento, sino con atenerse a las cosas más sencillas. ¿Está usted, en este mismo instante, viendo? ¿Está oyendo? El que ve y el que oye, sin adornos de ningún tipo, es la mente original, la mente original despojada de todo concepto, incluido el concepto de “mente original”. Eso ya está aquí, ya está presente y, ciertamente, resulta imposible de perder.

La meditación no es una técnica, sino una forma de ser o, si el lector lo prefiere, una forma de ver, una forma de percibir y hasta una forma de amar.

La meditación no es otro modo de hablar de la relajación.



El rasgo distintivo de esa modalidad de ser a la que llamamos meditación es el no apego.

Hay veces que incluso los meditadores avanzados olvidan que la meditación no tiene nada que ver con el logro de algo especial, de llegar a un determinado lugar, sino con permitirnos estar precisamente donde estemos tal y como estemos y que, en ese mismo instante, el mundo sea también exactamente tal cual es.

La meditación consiste en descansar en la conciencia de lo que está sucediendo en el mismo momento en que sucede, sin alejarse de nada, por más molesto o doloroso que sea, por más que no queramos estar ahí, y sin perseguir ni obsesionarnos tampoco por ninguna experiencia, por más extraordinaria y placentera y por más que no queramos que desaparezca.

Jon Kabat-Zinn. Audio en español. Atención Plena en la respiración:









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