Resumen del artículo: COLISIÓN CON EL INFINITO.
SUZANNE SEGAL. DESPERSONALIZACIÓN Y ESPIRITUALIDAD.
Artículo completo (67 páginas): https://jugandoalegremente.blogspot.com/2018/05/suzanne-segal-collision-with-infinite.html
Suzanne Segal
nació en 1955 y murió en 1997. En mayo de 1982 tuvo su repentina experiencia de
despersonalización, una pérdida del “yo” que algunas personas (psicólogos
principalmente) han interpretado como un trastorno de despersonalización,
mientras que otras personas lo interpretaron como un despertar espiritual e
incluso como la completa realización, es decir, como que se había iluminado
completamente. Ella dudó a lo largo de los años entre una postura y otra,
aunque finalmente a principios de los 90 se decanto por la interpretación
espiritual de que estaba iluminada.
En su rol de
“iluminada”, sus enseñanzas se parecían a las de muchos libros neo-advaita.
Básicamente, la
despersonalización es una alteración de la percepción en la que uno se siente
separado de su propio cuerpo o de sus procesos mentales o emocionales.
Lo más prudente,
si uno se siente afectado por un trastorno de despersonalización, es recurrir a
ayuda, puesto que es un desorden de disociación (separación).
La
despersonalización espiritual es simplemente la desidentificación de uno mismo
con el “yo” (cuerpo, emociones, pensamientos). Es importante no confundir
niveles, por lo tanto, porque una cosa es desidentificarse mentalmente de la
noción de que “soy el cuerpo, soy estas emociones, soy estos pensamientos”, y
otra muy diferente es percibirse aislado o separado del cuerpo, de las
emociones o de los pensamientos. En la desidentificación espiritual, uno siente
unión, paz y plenitud; es algo agradable. Pero en el trastorno de
despersonalización uno se siente separado, aislado, nervioso e incluso
defectuoso, enfermo, “estropeado”.
Por lo tanto, no
hay problema en darse cuenta y reconocer que no somos el cuerpo (ni sus
pensamientos o emociones) o en reconocer que el cuerpo y el mundo son irreales
(en términos de la espiritualidad profunda), pero sí habría problema si uno se
siente separado de sí mismo o de los demás (del mundo).
Otro dato
destacable es la afición de Suzanne a la meditación en su juventud, a raíz de
hacerse seguidora de Maharishi Mahesh Yogi y su Meditación Trascendental (MT).
En mayo de 1982,
en su cuarto mes de embarazo, le ocurre la famosa experiencia de la parada del
autobús. La realización de Suzanne se produjo de forma abrupta e inesperada y
sin ningún tipo de preparación. Estaba esperando el autobús tranquilamente y,
en un instante, dejó de ser alguien; su identidad personal como Suzanne Segal
desapareció en un chasquido.
Desde 1982 a
1992: De un psicólogo a otro, de una persona a otra y me enamoro porque me
toca. Resulta curioso que tanta gente la considerara iluminada desde 1982 a
pesar de que vivió estos diez años repleta de miedos, inclinada a los amores
externos, etc.
Diez años
después de su experiencia conoció a Jean
Klein (maestro advaita). No fue en privado, sino en una charla pública de
Jean, a la que Suzanne asistió. Al final de la charla, durante el turno de
preguntas, Suzanne se puso en pie y preguntó si podría comentar algo de una
experiencia que ella había tenido.
-Hace diez años,
de manera abrupta, mi sensación de ser un yo individual se disolvió, se detuvo,
se apagó –empecé-. Desde entonces, nunca más he vuelto a sentir que ahí haya un
“yo”. Cuando conduzco un automóvil, pronuncio estas palabras o camino por la
calle, nunca hay una experiencia de que una persona esté haciendo estas cosas.
Ya no hay ninguna persona.
-¿Quieres decir
que no hay una experiencia de un “yo”? –preguntó Jean.
-Eso es
–contesté-, no hay un “yo”. Solía haber uno, paro ya no lo hay.
-Bueno, eso es
perfecto. Perfecto.
-Pero Jean, ¿por
qué hay tanta ansiedad? ¿Y por qué no hay alegría?
-Debes detener
la parte de la mente que constantemente intenta mirar en retrospectiva la
experiencia –respondió-. Deshazte de esa parte y entonces la alegría llegará.
Luego se reunió
con el maestro zen Reb Anderson (del
linaje de Shunryu Suzuki), que le dijo que la experiencia del vacío del yo (la
vacuidad) es felicidad, así que ella estaba en felicidad, aunque no se diera
cuenta.
Posteriormente
conoció al maestro de meditación vipassana Jack
Kornfield, que le dijo: “Se trata de una experiencia maravillosa. No hay
nada que temer…En oriente se usa la palabra akinchina
para describir a la persona que está completamente despierta. Refiriéndose a
alguien que no tiene nada, no anhela nada, no se apoya en nada y se convierte
en nada”.
Ram Dass, el conocido escritor y conferenciante,
le dijo que lo había hecho bastante bien, pues había sido capaz de funcionar en
su vida, con su familia, etc. Le dijo también que “compartimos el no-yo
juntos”.
Poonjaji (Papaji), un conocido y rerspetado
discípulo de Ramana Maharshi, escribió que “entre la llegada del autobús y la
espera para subir a él, estaba el Vacío en el que no hay pasado ni futuro. Este
Vacío se reveló a sí mismo. Esto se debió a los méritos que acumulaste en
muchas vidas anteriores. Esta es una experiencia maravillosa. Tenía que
quedarse eternamente contigo…Esta es la perfecta libertad…Has alcanzado la
liberación de los sabios realizados”.
Gangaji, una maestra del linaje de Ramana
Maharshi y Poonjaji, contestó claramente entusiasmada por lo que le había
descrito. “Me emocioné al recibir tu carta. Por supuesto que debemos
encontrarnos. Estoy muy, muy feliz de que hayas descubierto de manera directa
que no eres un “yo” individual. Esta realización del vacío inherente –que es la
conciencia pura- de todos los fenómenos, es la verdadera realización. En vista
de la conciencia condicionada, se puede sentir inicialmente mucho miedo. En
última instancia, el miedo acaba también por revelarse como únicamente esa
misma conciencia vacía”.
De
1992 a 1994: Tras los muchos escarceos vividos los diez primeros años tras la
pérdida del “yo”, finalmente Suzanne llega a la conclusión de que la
interpretación correcta a lo que le pasa es que efectivamente está iluminada
desde 1982.
De
1994 a 1996: Periodo “indiscutiblemente iluminada”.
En
1996 escribe su libro “Colisión con el infinito”.
Suzy
experimentaba lo que se denomina un “trastorno de despersonalización” debido a
una infancia muy traumática, algo que ella reveló posteriormente en su segundo
libro inédito (no publicado). El hecho de que esto ocurrió tras quedarse
embarazada no es sorprendente, porque el embarazo es un típico desencadenante
de los traumas relacionados con el abuso sexual. Suzanne sufrió abusos sexuales
de larga duración. La “despersonalización” finalmente desapareció una vez que
ella logró integrar gran parte de su traumático pasado tras hacer terapia sobre
sus recuerdos en la infancia, y finalmente ella conoció la paz y la libertad,
en el sentido de sentirse “entera” de nuevo.
El
uno de abril de 1997 Suzanne muere a causa de un tumor cerebral cancerígeno.
Pocos de sus seguidores llegaron a enterarse de que su “yo” finalmente volvió y
que recobró más o menos la normalidad.
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