20 de septiembre de 2020

CUANDO TODO SE DERRUMBA. PEMA CHÖDRÖN. MONJA BUDISTA TIBETANA.

Pema Chödrön, (nacida Deirdre Blomfield-Brown, el 14 de julio de 1936) es una monja budista tibetana estadounidense. Comenzó a estudiar con el lama Chime Rimpoché en Londres. Con ese fin hizo viajes frecuentes durante varios años. Mientras estaba en Estados Unidos estudió con Trungpa Rimpoché en San Francisco. En 1981 se ordenó monja en la tradición Vajrayana. En 1984 se mudó a la abadía de Gampo, en Nueva Escocia (Canadá) y se convirtió en su abadesa. Impartir charlas y retiros. Es autora de varios libros. 

Solo en la medida en que nos exponen a la aniquilación una y otra vez podemos encontrar en nosotros aquello que es indestructible.

Que todo se nos venga abajo es una prueba y también una especie de curación. Pensamos que la cuestión es pasar la prueba o superar el problema, pero en realidad las cosas no se resuelven. Las cosas se caen a pedazos y después éstos se vuelven a juntar. Simplemente sucede así. La curación proviene del hecho de dejar espacio para que todo esto suceda: espacio para la pena, para el alivio, para la aflicción y para la alegría.

Lo más importante de todo es dejar sitio para el no saber. Tratamos de hacer lo que pensamos que nos puede ayudar, pero no sabemos.

Cuando todo se derrumba y estamos a punto de no se sabe qué, la prueba para cada uno de nosotros es quedarnos en ese punto, en ese límite, y no concretar. El camino espiritual no consiste en tratar de llagar al cielo y finalmente acceder a un lugar magnífico. De hecho, esta manera de mirar las cosas es lo que nos hace ser desgraciados.

Nada sucede al gusto de nuestros sueños.

Permanecer con el corazón roto, con el estómago revuelto, con el sentimiento de estar desvalido y queriendo venganza, esa es la senda del verdadero despertar.

En lugar de quejarnos o rechazar la experiencia, podemos dejar que la energía de la emoción, la calidad de lo que estamos sintiendo, nos atraviese el corazón. Esto es más fácil de decir que hacer. Ahí es donde descubrimos la ausencia del ego: cuando todos nuestros esquemas se caen a pedazos. Llegar al límite es como encontrar el pasadizo hacia la salud y la bondad incondicional de la humanidad.

El lugar más seguro y protegido para empezar a trabajar en este sentido es durante la meditación formal.

 Al practicar la meditación no estamos tratando de estar a la altura de ningún ideal; muy al contrario, nos quedamos con nuestra experiencia tal como es. “Este mismo momento es el profesor perfecto porque siempre está con nosotros”.

Podemos quedarnos con lo que está pasando y no disociarnos. El despertar se encuentra en el placer y en el dolor, en la confusión y en la sabiduría, está disponible en cada momento de nuestra extraña, insondable y ordinaria vida.

Es una gran ayuda recordarnos constantemente que la meditación tiene que ver con abrirse y relajarse con lo que surja, sin elegir ni elegir.

Los pensamientos, emociones, estados de ánimo y recuerdos vienen y van, y el ahora básico siempre está aquí.

La forma de disolver nuestra resistencia a la vida es encontrarnos con ella cara a cara.

Debajo de nuestras vidas ordinarias, debajo de todo lo que hablamos, de todo lo que nos movemos, de todos los pensamientos de nuestra mente, hay una falta fundamental de suelo bajo los pies. Esta ausencia está allí, borboteando constantemente; la experimentamos como inquietud y nerviosismo, y también como miedo. Es lo que motiva la pasión sexual, la agresión, la ignorancia, los celos y el orgullo, pero nunca descendemos hasta su esencia.

Detenerse un momento en lugar de llenar el espacio de manera inmediata es una experiencia transformadora.


Pema Chodron - De qué tenemos miedo: 

Templo budista Vajrayana de Panillo Dag Shang Kagyu. Huesca:
https://www.youtube.com/watch?v=1ZnLkgZzNxs                  

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