“Generalmente, la soledad nos parece un enemigo. El dolor de corazón no es algo que elijamos invitar. Es algo inquieto que nos quema y está preñado del deseo de escapar y de encontrar algo o alguien que nos haga compañía. Cuando podemos descansar en el punto medio, empezamos a tener una relación serena con la soledad, una soledad refrescante, que pone nuestros temores totalmente al revés.
Menos deseo es la
voluntad de estar solos cuando todo en nosotros anhela algo que nos anime y que
cambie nuestro estado de ánimo. Practicar este tipo de soledad es una forma de
plantar las semillas para que nuestra inquietud fundamental disminuya.
Contentarse es
sinónimo de soledad, de soledad fresca, de asentarse en esa soledad fresca.
Renunciamos a la creencia de que escapar de nuestra soledad nos va a aportar
una felicidad duradera, o alegría, o una sensación de bienestar, o coraje, o
fuerza. Podemos estar solos sin alternativa, contentos de estar aquí mismo con
el estado de ánimo y la textura de lo que está ocurriendo.
¿Podríamos dejar de
evitar estar solos con nosotros mismos? Estamos dispuestos a sentarnos en soledad,
a estar simplemente allí, solos.
Cuando te
despiertas por la mañana y de repente sientes el dolor de la alienación y la
soledad, ¿podrías usar ese momento como una oportunidad de oro? En lugar de
perseguirte a ti mismo o sentir que te está ocurriendo algo terriblemente malo,
en ese mismo momento de tristeza y anhelo, ¿podrías relajarte y tocar el
espacio ilimitado del corazón humano?"
Cuando todo se derrumba. Pema Chödrön.
https://www.youtube.com/watch?v=1ZnLkgZzNxs
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