¿Realmente
necesitas etiquetar mentalmente cada percepción sensorial y cada experiencia?
¿Necesitas tener esa reacción reactiva de gusto o de disgusto ante la vida, que
te lleva a estar continuamente en conflicto con personas y situaciones?
No
despertarás espiritualmente hasta que cese la compulsión inconsciente de poner nombres,
o al menos hasta que seas consciente de ello y puedas ser capaz de observarlo
mientras ocurre.
La
mente no puede conocer al árbol, sólo puede tener datos o informaciones sobre
el árbol. Mi mente no puede conocerte, sólo puede tener etiquetas, juicios,
datos y opiniones sobre ti. Sólo el Ser conoce directamente.
Con mis sobrinos al acuario.
En la EXPO 2008 de Zaragoza, una de
las visitas estrella era el Acuario. A cualquier hora había una larga cola para
entrar. A la organización se le ocurrió, para procurar que las visitas no se
demoraran mucho en el interior, eliminar los carteles con el nombre de los
peces, así la gente no se paraba a leerlos y acababa antes la visita. Pasada la EXPO , los pusieron. Un día
quedamos mi mujer y yo con dos de nuestros sobrinos, de unos siete y diez años
por entonces, para llevarlos al Acuario, que no habían visto en la
EXPO. Una vez en el interior, cuando
llegaban a una pecera, se detenían para leer los nombres de los peces, les
echaban un vistazo rápido para ver si los identificaban, si encontraban al pez
del cartel y se iban a la siguiente.
Yo les decía
que no había prisa, que pararan un rato para contemplar los peces, pero no me
hacían caso. Así, vimos todo el Acuario en muy poco tiempo. Ellos sólo hacían
lo que les habían enseñado en el colegio, poner nombres, etiquetar, comprobar
si la etiqueta era la correcta. Mis sobrinos no son especiales en esto, la
mayoría de los niños actuales hacen lo mismo. A mi también me pasa. Yo a veces
miro y no veo. Un velo de conceptos y etiquetas me lo impide. He visto muchas
veces en el Jardín Botánico a grupos de niños de algún colegio yendo de árbol
en árbol, bueno, más bien de cartel informativo a cartel informativo, anotando
el nombre, comprobando si el árbol tiene las hojas con la forma que dice su
libro de Conocimiento del Medio Natural. Lo que no hacen es algo que no se enseña en los
colegios: sólo ver, contemplar. Porque claro, ¿cómo te van a examinar, cómo te
van a poner nota de eso? Y otra pregunta: ¿saben sus maestros lo que es sólo
ver, contemplar, sin etiquetar?
¿A
qué años comienzan los niños a perder su mirada inocente? ¿Cuántas horas de
terapia, de meditación, de talleres, tendrán que hacer cuando sean mayores para
intentar recuperar esa mirada inocente que un día perdieron? Y es que esa
mirada inocente, que hace que nos maravillemos viendo, es la que da sentido a
la vida.
Como
dice Eckhart en el siguiente vídeo: “Esto se llama roble, no es un roble. Roble
es sólo una palabra”. También se podría decir: Esto se llama pez payaso, o
caballito de mar, o anguila, pero no es un pez payaso, un caballito de mar o
una anguila. Porque eso sólo son palabras. Y las palabras, los conceptos, no
son la realidad.
Clase 2.4 del Programa De TV de Oprah dedicado al libro de
Eckhart Tolle UNA NUEVA TIERRA, del minuto 3 al 7:
http://www.youtube.com/watch?v=dZkNEhxF9fw&list=PLE8D7C15633C9D453
Acuario de
Zaragoza. Paseo Consciente: https://www.youtube.com/watch?v=gn7d1GitCeI&t=4s
Y tanto que sí. Qué bueno lo del acuario.
ResponderEliminarLas cosas son en silencio, en su silencio profundo. Solo desde nuestro silencio podemos acceder realmente a ellas.
Un abrazo grande amigo
Así es, compañero. un abrazo.
ResponderEliminarQue razón tienes José Luis, tal vez sea que estamos en una época en la que las cosas no se disfrutan, se consumen.
ResponderEliminarCon lo bonito que es simplemente contemplar, sin etiquetas ni análisis, solo el placer de estar.
Tendríamos que aprender a desaprender tantas cosas.....!!!
En ello estamos, Eder. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias. Agradezco siempre.
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