Cuando nos identificamos con el
ego todos tenemos que vivir con la más inevitable de las certezas, un hecho de
sentido común: tú y yo estamos en el corredor de la muerte, esperando nuestra
ejecución. A nuestra personalidad le resulta duro aceptar el hecho de nuestra
desaparición, y por tanto inventa una vida futura o reencarnación. Es
interesante ver que la mente trata reencontrar el modo de seguir adelante
después de la muerte.
La mayoría de los buscadores no
se dan cuenta de que una de las principales características del futuro es que
siempre estará en el futuro. ¿Por qué queremos saber qué nos ocurrirá al morir
antes de conocer qué somos ahora? Una vez más, la solución al problema de
nuestro futuro está en el presente. Podemos confirmarlo directamente haciendo
este pequeño experimento: cerramos los ojos durante un minuto y nos damos
tiempo para hallar nuestra personalidad. Tratamos de encontrar un ego dentro de
nuestro cuerpo o mente. ¿Podemos encontrarlo? ¿Dónde está exactamente?
¡Tratemos de localizarlo ahora mismo! ¿Dónde está?...Tenemos que admitir que no
vamos a ser capaces de encontrar esa persona dentro; sabemos que es un
concepto. Ya hemos descubierto esto antes: ¡no hay nadie en casa!
Págs.165, 166.
Es imposible “vivir en el ahora”
y seguir siendo una persona, porque la persona también es un concepto. En
cuanto estamos en el momento presente, ¡desaparecemos! Entonces no queda nada
que decir; lo que queda es nuestra vida cotidiana vista desde la conciencia
intemporal.
Pág. 133.
Muchas gracias por publicar el link de la entrevista. Excelente.
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