1 de julio de 2019

NADIE EN CASA. JAN KERSSCHOT.


Cuando nos identificamos con el ego todos tenemos que vivir con la más inevitable de las certezas, un hecho de sentido común: tú y yo estamos en el corredor de la muerte, esperando nuestra ejecución. A nuestra personalidad le resulta duro aceptar el hecho de nuestra desaparición, y por tanto inventa una vida futura o reencarnación. Es interesante ver que la mente trata reencontrar el modo de seguir adelante después de la muerte.
La mayoría de los buscadores no se dan cuenta de que una de las principales características del futuro es que siempre estará en el futuro. ¿Por qué queremos saber qué nos ocurrirá al morir antes de conocer qué somos ahora? Una vez más, la solución al problema de nuestro futuro está en el presente. Podemos confirmarlo directamente haciendo este pequeño experimento: cerramos los ojos durante un minuto y nos damos tiempo para hallar nuestra personalidad. Tratamos de encontrar un ego dentro de nuestro cuerpo o mente. ¿Podemos encontrarlo? ¿Dónde está exactamente? ¡Tratemos de localizarlo ahora mismo! ¿Dónde está?...Tenemos que admitir que no vamos a ser capaces de encontrar esa persona dentro; sabemos que es un concepto. Ya hemos descubierto esto antes: ¡no hay nadie en casa!  
Págs.165, 166.


Es imposible “vivir en el ahora” y seguir siendo una persona, porque la persona también es un concepto. En cuanto estamos en el momento presente, ¡desaparecemos! Entonces no queda nada que decir; lo que queda es nuestra vida cotidiana vista desde la conciencia intemporal.
Pág. 133.

 EL MITO DE LA AUTO-INDAGACIÓN:


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