Taneda Santokâ种田山山头火(1882-1940): El último célebre peregrino japonés. Su madre se suicida cuando solo contaba una vez años. Este episodio jamás sería olvidado por el poeta, que intentó durante toda su vida ahogar sus recuerdos en sake, hasta el punto de llegar a un alcoholismo crónico. Más tarde, se casa, tiene un hijo y se separa. El último de sus hermanos se suicida. Borracho, intenta suicidarse plantándose de pie entre los raíles de un tren que avanzaba hacia él. El tren frena a tiempo y es recogido por el prior de un templo zen, que le invitó a quedarse con él. A los cuarenta y dos años es ordenado monje zen. Hizo una peregrinación de cuatro años. Parte de este tiempo lo dedicó a llevar a cabo la peregrinación de los 88 templos de Shikoku. Sus versos, en cuanto a forma y palabra de estación, son totalmente libres. En la historia del haiku se le tiene muy en cuenta debido a la carga de energía espiritual que poseen sus versos.
En uno de sus diarios postreros escribe Santokâ: “No soy otra cosa que un monje errante. No hay nada que se pueda decir de mí excepto que soy un peregrino loco que ha gastado toda su vida de aquí para allá, como las plantas que flotan en el agua que va discurriendo de una orilla a otra. Parece patético pero he encontrado la felicidad en esta vida miserable y tranquila. El agua fluye, las nubes pasan, sin nunca parase y establecerse. Cuando sopla el viento, caen las hojas. Como nadan los peces o vuelan los pájaros, yo ando y ando, y sigo adelante…”.
de la montaña,
Ando expuesto.
Pag. 77
el azul de un mar
pag. 113
Taneda Santoka. EL MONJE DESNUDO. 100 haikus. Ediciones Miraguano.
de la vida y de la muerte
cae incesantemente.
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