Con esta cita comienza el libro
de Jeff Foster, editado por KAIRÓS, y para mi tiene su gracia, porque he estado
subscrito durante un montón de años al boletín trimestral de Zendo Betania, del
grupo zen con el que practico, que precisamente se titula “Pasos”. En la
siguiente página de la portada del boletín se añade: “Pasos que se van haciendo
en el camino del zen”. Sin embargo, dice Jeff Foster en la página 86: Para un individuo, puede resultar muy útil
tener un “camino”. Pero en realidad, la idea de camino no hace sino perpetuar
la ilusión del “yo”. Todo camino es una mentira, porque implica un futuro,
implica que hay algo más que esto. ¿Dónde está el futuro? ¡Ni siquiera tenemos
garantizado otro día, ni siquiera otro instante!
Este libro trata de lo completamente obvio, de la búsqueda espiritual y
las frustraciones que la acompañan. Trata de la tendencia de la mente a
establecer objetivos y esforzarse en alcanzarlos. Trata de la imposibilidad de
alcanzar los objetivos últimos que solemos imponernos, la iluminación, el
despertar, la liberación y la felicidad permanente, porque –y este es el gran
descubrimiento- la realidad de quien los alcanzaría es, para empezar, la misma
que cualquier creencia que aparezca ahora mismo…o, dicho de otro modo, que el
individuo no “existe”.
Así pues, aunque este libro no trate de nada, puede ser muy útil, sobre
todo si tenemos en cuenta que la búsqueda de algo no ha hecho más que
conducirnos a la frustración y a la más amarga de las decepciones (Págs. 11
y 12).
Me ha gustado especialmente el
capítulo titulado CÍRCULOS VICIOSOS, en el que se dice:
El “yo” que aspira a librarse del “yo” consolida y fortalece al “yo”
que quiere librarse.
El individuo que afirma estar liberado de la individualidad es más
individuo que nunca.
Quien afirma estar iluminado y libre del deseo todavía sigue atado al
deseo de perseguir eso llamado “iluminación”.
El yo que afirma ver a través del yo todavía es un yo: ¡un yo que
afirma ver a través del yo!
Sólo un yo puede proclamar haberse liberado del yo.
Sólo un individuo puede proclamar haberse liberado de la
individualidad.
Sólo alguien atrincherado en sus creencias puede proclamar haberse
liberado de todas las creencias.
Pero ésta no es una condena por más que el personaje “Jeff” haya sido,
en ocasiones, culpable de alguna de estas cosas (Pág. 53).
Pero esto tampoco tiene que ver con “permitir” que todo suceda. ¿Quién
podría permitirlo? Sería fácil para mí sentarme y deciros: “Permitid el momento
presente”, pero eso sólo implicaría más separación, más yo y más ego. ¡El
momento presente es! ¡Nadie lo permite ni deja de permitirlo! No hay nadie que
pueda hacerlo… (Pág. 88).
La vida sin centro. Entrevista a Jeff Foster:
Es es. No cabe decir más.
ResponderEliminarAbrazooos :)
Pues sí. Un abrazo.
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