La espiritualidad de consumo rápido
cuyo paradigma son los fenómenos como El
secreto. Algunas de sus características más escandalosamente vulgares, como
esas raciones de sabiduría recalentada servidas como comida rápida tipo “No te
lo tomes como algo personal”, o “Lo que te molesta de alguien, en realidad sólo
es algo que te molesta de ti”, o “Todo es una simple ilusión”.
Por mucho que se presente la evasión
espiritual como un atajo, no es más que un rodeo, un desviarse de lo que
verdaderamente importa, que explota la mentalidad de “comida rápida” e
inmediatez tan extendida en la cultura contemporánea. Divinidad servida por la
ventanilla del coche con patatas fritas orgánicas y “subidones” fáciles de
tragar.
La evasión espiritual puede ser
bastante sofisticada intelectualmente, pero a veces, sobre todo en sus formas
de la Nueva Era, halla expresión a través de una forma más simplista conocida
como “pensamiento mágico”. Como en el dogma proliferante de la Nueva Era, según
el cual tenemos la capacidad de modificar radicalmente nuestro mundo mediante
el poder del pensamiento. A pesar de lo infantil de esta forma de pensar se
halla asombrosamente extendida, sobre todo entre quienes están excesivamente
apegados al pensamiento positivo, a la denominada conciencia de prosperidad y a
la codicia espiritualizada.
El pensamiento mágico puede ser
peligroso cuando se utiliza para afirmar que quienes se hallan en
circunstancias muy difíciles es porque las han atraído ellos mismos.
Aquellos que son seducidos por la
evasión espiritual vestida con su atuendo de la Nueva Era ven en el pensamiento
mágico un potente medio para lograr los fines deseados.
La cara oscura de la aseveración
–propia de la Nueva Era- de que somos nosotros, y solo nosotros, quienes
creamos nuestras enfermedades; ¡qué debilitante vergüenza y mortificación
pueden derivarse de tan ingenua creencia!
Al igual que las heridas no resueltas
llevan a algunas personas a buscar apaños rápidos y a seguir a una figura poderosa,
otras personas desvían estas heridas convirtiéndose ellas mismas en una figura
tan poderosa que sus heridas parezcan no existir.
La idea de que creamos nuestra propia
realidad y podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida solo con
desearlo con la suficiente fuerza se ha popularizado a través de gran parte de
la espiritualidad de la Nueva Era, sobre todo a través del evangelio de la
conciencia de la prosperidad y las leyes de la atracción, difundido en libros
como El Secreto.
Suponer que solo con desearlo,
afirmarlo o visualizarlo con la fuerza suficiente podemos superar nuestra
enfermedad es, simplemente, pensamiento mágico.
Del libro “La evasión espiritual”, de Robert
Augustus Masters (psicólogo).
Cuanto más se acerca uno a lo Real, el autoengaño puede ser más sutil. Gracias
ResponderEliminarPues sí, así es. Un abrazo.
ResponderEliminarcon respeto... pero vaya que mezcolanza sin profundidad.
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