Ani Choying Drolma (en nepalí, आनी छोइङ डोल्मा), es una monja (Ani significa “hermana” en tibetano) budista y cantante nepalesa. Nació el 4 de junio de 1971 en Katmandú ( Nepal ), hija de una familia de exiliados tibetanos. Entró en la vida monástica como medio para escapar de la violencia física de su padre, y fue aceptada en el monasterio de Nagi Gompa a los 13 años de edad. Durante muchos años, el director espiritual del monasterio, Tulku Urgyen Rinpoché, junto con su esposa, enseñaron a Ani Choying la música que actualmente interpreta. Es conocida en Nepal y en todo el mundo por dar a conocer muchos cantos budistas y canciones populares tibetanas al público en general. Ha sido nombrada como Embajadora de buena voluntad de la UNICEF en Nepal.
Gracias a su carrera musical, Ani pudo financiar su
escuela de monjas, la escuela Arya Tara, proyecto bendecido por
el Dalai Lama el 21 de marzo de 2001. En 1998, creó la Nuns Welfare
Foundation of Nepal (NWF), una organización sin ánimo de lucro cuyo
objetivo promover la educación y el bienestar de las monjas budistas. En
enero de 2000, comenzó el proyecto de la escuela Arya Tara, que acoge a
niñas de la calle y aprenden literatura, matemáticas, ciencias y filosofía
budista, entre otras materias.
“Me gusta que mis canciones sean escuchadas. No se trata
de ansia de éxito, ni de vanidad: todo eso me tiene sin cuidado. Es el placer
de que mi mensaje sea oído. Todos mis cantos hablan de amor, de compartir,
llevan un mensaje de esperanza. Me llena de gozo que mi mensaje se vaya
transmitiendo.
Mi voz es la herramienta con la que llevo a cabo mi lucha. Combato la pobreza y la ignorancia.
Cantar me calma mucho. No lo hago por el bien del arte
sino para rezar mejor, hasta el final de su vida, mi maestro me estuvo animando
a seguir este camino. Las últimas semanas, antes de que se durmiera, yo
interpretaba mantras para él, y rezábamos juntos. Desde que no está con
nosotros, cantar me aproxima a él. Todavía hoy le dedico cada una de mis
tonadas, porque todas contienen una parte de él.
Quiero promover mensajes positivos, valorizar la naturaleza humana, llevar un mensaje de amor y de esperanza, mostrar que el ser humano es capaz de mejorar. Cuando canto, ya no soy budista ni hindú ni cristiana. Ensalzo al Hombre en general.
Para mí, la celebridad es como un eco procedente de lo alto de la montaña, que surge y desaparece. Al principio, aleccionada por mis amigos, guardaba los artículos que hablaban de mí. Después lo dejé en seguida. Eran demasiados y no me interesaban lo suficiente. Lo que importa es ofrecer momentos de paz y alegría mediante mis canciones”.
https://www.youtube.com/watch?v=7OrMJdZjbng
Todo un descubrimiento. Muchas gracias José Luis.
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