A veces la línea que separa determinadas experiencias espirituales de
algunos trastornos mentales es muy fina, tanto es así que se ha dado el caso de
reputados maestros zen y advaita que no han sabido distinguir entre unas y
otras. Me refiero a lo sucedido a Suzanne Segal, que ya comenté ampliamente en
una entrada del blog:
https://zenyadvaita.blogspot.com/2020/02/iluminacion-o-despersonalizacion.html
Por eso me ha parecido oportuno compartir la descripción de los
trastornos mentales que pueden confundirse con experiencias de despertar o
iluminación, para así poder discernir entre unos y otros. Aunque, si distinguir esto en los demás es complicado, en uno mismo lo es mucho más.
“La característica esencial del trastorno
de despersonalización consiste
en la presencia de episodios persistentes o recurrentes de despersonalización,
caracterizados por la sensación de extrañeza o distanciamiento de uno mismo o
de ser un observador externo de los propios procesos mentales o del cuerpo (p.
ej., sentirse como si se estuviera en un sueño). La persona no se reconoce en
su propio cuerpo o mente. Hay una sensación de desapego, se vive como si fuera
un observador externo de sí mismo. Por ejemplo, la persona puede
experimentar la sensación de mirarse al espejo y no reconocerse o incluso de no
sentirse conectado con su propio cuerpo.
En el trastorno de
despersonalización, el síntoma principal es la despersonalización, aunque
también abarca la desrealización. En la despersonalización la perturbación ocurre en la 'percepción
de uno mismo'; en el trastorno de desrealización la
alteración ocurre en la 'percepción del exterior'. El individuo se siente como
si fuera un autómata o estuviera viviendo en un sueño o en una película. Tiene una sensación de confusión
porque se siente torpe a la hora de distinguir si lo que está viviendo
realmente está pasando ahora mismo. Percibe
el mundo de manera distorsionada y distante sin poder remediarlo.
En estados extremos,
aparece el 'delirio', la ilusión o idea delirante que desarrollan los
adeptos que han desarrollado el síndrome
de adoctrinamiento sectario, con síntomas como la sensación de
distanciamiento de los propios procesos mentales y del propio cuerpo, hasta el
control del comportamiento por varios estados de personalidad sucesivos.
El trastorno de identidad disociativo
refleja un fracaso en la integración de varios aspectos de la identidad, la
memoria y la conciencia. Cada personalidad se vive como una historia personal,
una imagen, una identidad e incluso un nombre distintos. Generalmente hay una
identidad primaria con el nombre del individuo, que es pasiva, dependiente,
culpable y depresiva. Las identidades alternantes poseen habitualmente
diferentes nombres y rasgos que contrastan con la identidad primaria. La
persona puede cambiar de tono de voz o utilizar diferentes expresiones
faciales. Los
individuos con trastorno de identidad disociativo pueden referir la sensación
de que, de repente, se han convertido en observadores despersonalizados de su
propio discurso y acciones”.
https://zenyadvaita.blogspot.com/2020/06/evasion-espiritual-y-disociacion-robert.html
https://victimasectas.com/TrastornosMentales.html
Muy interesante. Gracias. Qué cuidado hay que tener para desapegarse del yo falso y ególatra y borrar de paso la realidad entera.
ResponderEliminarUn abrazo
Sutil línea para el maestro, sutil línea para el psiquiatra.
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ResponderEliminarMuy revelador... de la ligereza con la que se habla de y se establecen trastornos y sindromes, algo de lo que viven los distinguidos miembros de la asociacion psiquiatrica...
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